Criando sola a tu hijo(a)

Criar a tus hijos sola o acompañada no te hace ni mas ni menos mujer.

A veces siento que el título de «madre soltera» algunas personas lo familiarizan con aquella pobre mujer sin apoyo. Y si, en muchos casos es la realidad, pero creo que es una concepción errada en donde la primera que debe cambiar esa forma pensar eres tu misma.

No tienes que demostrarle nada a nadie, tienes que demostrarte a ti misma lo lejos que puede llegar con tu hijo y que estando sola o acompañada por una pareja, no determina lo eficaz que puede llegar a ser tu educación como madre hacia tu pequeño.

Cual sea la condición en la que te encuentres en estos momentos, tienes que estar segura que puedes llegar a ser esa super mamá.

Un aspecto importante y que siempre debes tener en cuenta, es que si trabajas en ti como mujer, en tu bienestar emocional, ten la certeza que tu hijo(a) será feliz porque es eso precisamente lo que le transmites.

Cuando empiezas a sanar heridas, buscar mejorar las relaciones de tu entorno (familiares, de pareja, amistades) créeme que tu vida cambia para bien y la de tu hijo también.

Recuerda que la energía que transmitas, es con la que estarás alimentando la energía de tu hijo, porque si somos mamás felices, ellos sin duda serán hijos felices y sanos y que el ejemplo que vean de ti será la mejor enseñanza para ellos.

Pasos para una buena crianza

Te contaré a continuación 6 pasos básicos que me han funcionado y me han dado resultado hasta el momento:

1- Enséñale y acércalo a Dios desde pequeño

Como mamás, debemos tener presentes que nuestros niños no siempre serán pequeños y que irán creciendo y atravesando diferentes etapas a lo largo de la vida.

Soy convencida que los niños aceptan mucho mejor los consejos que los adolescentes, aún hay mucha inocencia y buena aceptación para inculcar en ellos hábitos y costumbres que vayan forjando su personalidad.

La espiritualidad y la oración es un deber que tenemos como madres y padres enseñarles a nuestros niños.

Para nadie es un secreto que la juventud y la infancia cada vez está mas expuesta a malos ejemplos, sobre todo en las redes sociales y en la televisión.

El hábito de la oración desde pequeño es importante, para que al momento en que llegue a la etapa de la adolescencia no sea tan difícil este tema en su vida.

Así que si tu vida espiritual no está en el mejor momento ahora, es bueno que consideres acercarte a Dios, tener una vida de oración, para que tus hijos lo vean en ti como un ejemplo a seguir.

2- Procura SER lo que tu quieres que ellos sean

Como bien te lo decía en el punto anterior tu serás el ejemplo de tus hijos en todo lo que hagas.

Tenemos la mala costumbre de mandar, a esperar que nos obedezcan, pero te has preguntando si tu eres el mejor ejemplo para ellos?

  • Quieres que lean? te ven leyendo a ti?
  • Quieres que sean ordenados?, mantienes tu casa en orden?
  • Quieres que oren? te ven orando a ti?

Y así te puedo listar gran cantidad de hábitos que son importantes que los tengas tu para que sea mucho más fácil inculcarlos en ellos.

3- Calidad de tiempo

Estamos en un mundo tan agitado, tan adsorbente que el tiempo de calidad con nuestros hijos es menor, cuantas veces nuestros niños de 4, 5, 6, 7 años nos dicen, mamá ¡cuéntame una historia! o ¡mamá vamos a jugar! y nunca tenemos tiempo.

A veces por estar entretenidos en el celular o en nuestro trabajo nos olvidamos por completo de la importancia de una buena conversación con nuestro pequeño.

La rutina de levantarnos, mandarlos al colegio y demás nos envuelve por completo.

Desafortunadamente muchos niños se sienten solos aunque estén acompañados de sus padres, suena ilógico no?, pero ¡es la verdad! podemos pasar horas enteras debajo el mismo techo con nuestros hijos, pero no tenemos un contacto intimo con ellos de padres a hijos.

Luego cuando están un poco mas grandes nos quejamos porque no nos cuentan sus cosas o porque no hay ningún tipo de confianza, cuando nosotros no inculcamos la conversación y el diálogo desde pequeños.

Mira una película, acompáñalos a practicar algún deporte, cuando tengan algún inconveniente habla con ellos. ¡Dedícales tiempo de calidad! Ojala sea con cero pantallas, cero celular, cero televisor.

4- Autoridad con amor

Todo en el extremo no es bueno. No es bueno ser tan condescendiente ni tampoco muy estricta, hay que tener una combinación de ambas.

Para mi el amor es la base de todas las cosas, pero en el caso de nuestros hijos, no confundamos amor con ser permisivos con cosas que sabemos que no le harán bien.

Para corregir no es necesario herir, ni maltratar. Puedes corregir con amor, buscar esas expresiones constructivas con las que tu también te hubieses sentido cómoda cuando eras niña.

Nadie nos enseñó ser padres, pero estoy segura que si Dios te ha dado la oportunidad de serlo, es porque confió primero en ti, antes que tu misma.

Debes encontrar esa combinación perfecta en que tu hijo confíe plenamente en ti, pero que al mismo tiempo te respete y obedezca, y sí, no suena nada fácil, pero a medida que vayas dedicándole el tiempo que el necesita de ti, todo empieza a fluir.

Un hijo que tiene el tiempo de calidad de su padre o madre, se le notará en el comportamiento y por lo tanto te respetará y te verá como la verdadera autoridad que representas para el.

5- Actúa a tiempo

Cuando te digo que actúes a tiempo, es que debes estar alerta en los cambios de comportamiento de tu hijo, por ejemplo: Si el niño(a) usualmente es alegre, extrovertido y de un momento a otro ya no lo es, lo mas seguro es que algo le haya sucedido.

En ese caso lo mas recomendable es preguntar con preguntas básicas: ¿Cómo fue tu día en la escuela? ¿discutiste con algún amigo(a)?, etc. La idea es generar esa confianza para que el niño se abra a la conversación.

Cualquiera que sea la situación por favor mantén la calma y siempre colócate en los zapatos de tu hijo para lograr entender con mayor empatía su situación.

Si no actuamos a tiempo, pueda que la situación empeore, y que a medida que pase el tiempo la conducta del niño vaya cambiando de forma negativa.

6- Dale confianza suficiente, pero que no te confunda como una amiga.

Si, hay que lograr que nuestros hijos nos comenten sus cosas y que haya esa confianza sabiendo que como papás somos los únicos que sinceramente queremos el bien para ellos.

Tu no eres amiga de tus hijos, eres su madre, que como tal en esta relación debe haber confianza y autoridad como te lo había mencionado anteriormente.

No serás su amiga porque se supone que habrán momentos en que tendrás que decir NO, aunque no le guste, y aunque no quieras serás la «mamá mala». Pero no te quedes con ello, porque cuando crezcan mas adelante, sabrán que lo hiciste por su bien.

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