Cuando decimos ese “SI” para siempre, por lo general estamos tan enamoradas, tan felices de estar por fin y para siempre con aquella persona de la que nos enamoramos y amamos.
Pero resulta que muchas veces no tenemos ni idea a que le estamos diciendo SI.
Y es porque hemos crecido toda la vida creyendo en los cuentos de hadas con el típico final: “felices para siempre” y si, claro que se puede ser felices para siempre, pero tenemos romantizada la palabra felicidad.
La felicidad en pareja y en la familia, está en el camino pedregoso, precisamente en ese caminar de muchas subidas y bajadas.
Las relaciones sanas no se denominan sanas porque no haya ningún tipo de problema, sino porque en medio de ellos saben las herramientas y las bases necesarias para saber solucionar a tiempo cuando las cosas se empiezan a tornar un poco mal en el hogar.
Muy seguro te estarás preguntando que quizás no sabes cuales son las herramientas de empezar una sana relación desde el noviazgo para lograr un matrimonio exitoso, puedes encontrar contenido completo: aquí.
En el camino del matrimonio hay muchas situaciones difíciles, pero ninguna que no se pueda solucionar.
Hoy me quise enfocar en el reto de lo que significa ser esposa y mamá primeriza al mismo tiempo.
Empiezo hablando que, por una errada concepción del amor, ni siquiera conocemos sus diferentes jerarquías. Sí, así como lo lees, hasta en el amor existe un orden de prioridades.
Dios, es un Dios de orden y El mismo ha dispuesto orden en el amor.
He escuchado a muchas madres la siguiente expresión: “Mi hijo(a) es el amor de mi vida. O “mi hijo(a) es lo mejor que me ha pasado, etc.
Con esto no quiero decir que esté mal amar a nuestros hijos incondicionalmente.
Soy mamá y te puedo confirmar plenamente que nuestros hijos son una bendición maravillosa que Dios nos ha concedido en el don de ser mamás, que nos llena de muchas alegrías, pero también de muchos retos.
Una de las primeras crisis por las que pasa un matrimonio es con la llegada de ese primer bebé, como mujeres, queremos entregarnos totalmente a su cuidado, que cometemos el grave error de descuidar a nuestro esposo, quien también hace parte del proceso y que debe ser prioridad en nuestro corazón.
Mujer, debes tener un orden en el amor y aunque no lo creas, tu esposo debe ser antes que tus hijos, te presento la jerarquía del amor la cual debes seguir en tu vida:

Como puedes darte cuenta, según la imagen, los hijos están en el tercer lugar, tu esposo en el segundo lugar, dejando claramente a Dios en el primero.
Recuerda que cuando colocamos a Dios como nuestro primer amor y sobre todas las cosas, todo lo demás viene por añadidura.
Sé que la primera semana, incluso los primeros meses de la llegada el bebé no es fácil, es muy desgastante, y absorbe todo nuestro tiempo.
Como mujeres, es normal que nuestro aspecto físico no sea el mejor, puesto que acabamos de dar a luz, y si, aunque toda la situación juegue en contra de la pareja para compartir juntos, pueden aplicar estrategias efectivas en donde por supuesto no descuiden al bebé, pero tampoco la relación de pareja que como te puedes dar cuenta es muy importante.
Por eso, quiero regalarte
5 tips para mantener el equilibrio entre la relación de pareja entre esposos y cuidado de tu hijo:
1. En medio de la crisis, sonríe

Cuando acabamos de dar a luz, estás adolorida, y sé que vas a entrar en un proceso de recuperación y además de ello tienes la gran responsabilidad de una personita que depende enteramente de ti.
Y sé perfecto que para nada estarás pensando en atender a tu esposo por obvias razones, es más, a el lo corresponde cuidarlos y atenderlos, y es allí donde precisamente está el secreto.
Pienso que la llegada de un bebé es un momento tan íntimo, tan hermoso de la familia, que, aunque estés en días difíciles como tratando aprender darle leche a tu bebé, recuperarte de tu parto natural o cesárea, (no importa como sea), se trata de aprovechar ese momento cuando están juntos y decirle lo afortunada que te sientes, de sonreírle cada vez que te atiende, te lleva comida a la cama. De darle demostraciones de afecto: una agarrada de manos, una mirada, besos tiernos y tener conversaciones abiertas mientras el bebito duerme.
Se trata de mostrar una sonrisa en medio de ese momento tan hermoso, pero tambien bastante retador, lógicamente no es dejar el bebito de lado, sino estar todos conectados en una misma situación: en el calor y amor hogar.
2. Involucra a tu esposo en el papel de padre desde el comienzo

Si bien es cierto, como madres no queremos que nada malo pase a nuestro bebé, y como instinto protector, creemos que somos las únicas que podemos darle todo el bien que ellos necesitan, pero recuerdas que también necesitas descansar y tratar de delegar funciones.
Tu esposo y tu están aprendiendo un mundo totalmente nuevo, que bonito que la responsabilidad sea compartida desde el comienzo y que el bebito sienta también muy cercano ese calor de su papá. Es necesario.
Si el se siente inseguro, puedes indicarle junto con el ayudante que tengas como colocarle paños, como tratar un delicada cabecita, entre otros, y aunque no sea muy experto en el asunto, la idea es involucrarlo en el papel de esposo y papá como le corresponde, eso fortalece los lazos de amor entre todos.
3. No descuides tu aspecto físico

En este punto lógicamente no se trata de que a la primera semana te estreses por como quedó tu cuerpo, pero si necesitas una buena alimentación para tu recuperación y si estás lactando también debes hacerlo por la buena alimentación de tu hijo, pero tampoco se trata se que se te baje el autoestima por como ha quedado tu cuerpo, todo tiene solución y no hay nada mejor que buen ejercicio para mejorar mas adelante, por el momento solo preocúpate por maquillarte bonito, ordenar tu cabello, estar bien aseada, como corresponde.
Es normal que tengas ojeras por las largas noches por las que estás atravesando, pero nada que un buen maquillaje natural pueda disimular un poco.
No se trata de ser perfecta, sé que es cansado, pero como te lo mencionaba al principio el amor requiere de pequeños sacrificios y este es un ejemplo de ello.
4. No te desquites con tu esposo en tus angustias

Vuelvo y repito, es una etapa hermosa, pero tampoco es la más fácil y esto puede llevar a involucrarnos frustración, ira, y rabia porque las cosas sencillamente no nos salen como las tenemos planeadas y claro nos desquitamos por medio de gritos, respuestas no agradables a nuestro esposo, siendo el quien pague los platos rotos.
Trata de manejar la situación y mientras cuentas antes de contestar, respira que quizás eso que no te ha salido como quieres, no es culpa de tu pareja, es mas, puede ser una buena oportunidad a que te ayude a buscar soluciones y ambos conseguir la solución a eso que tanto te ha costado. Recuerda que no es bueno que estés sola y que es un papel de ambos.
5. A medida que el bebé crezca, déjalo con alguien de confianza y sal de la rutina junto con tu esposo en citas especiales

Algo que experimenté en lo personal fue un sentimiento de culpabilidad.
La primera vez que me separé de mi bebé, me sentía la peor mujer y mamá de este mundo, y muchas mujeres también me lo han expresado, así que creo que es una situación que llegamos a sentir todas en un momento de nuestra maternidad.
Pero hoy ya después saber que no es malo darte un respiro, no es malo darse una escapada con tu esposo y dejar al cuidado a tu bebé, aunque estés lactando. Hoy día existen muchas herramientas para que tu bebito se siga alimentando de tu leche materna aunque no estés, si es quizás lo que mas te preocupa.
Eso sí, asegúrate dejarlo con alguien de tu entera confianza, pero no te sientas mal por dejarlo.
Te aseguro que vale mil veces la pena.
Disfruta el momento, porque tampoco se trata de que salgas y no conectes con la cita que tienes con tu esposo, se trata de salir y desconectarse porque ambos se lo merecen y todo irá bien, ya lo verás.
Mujeres no es fácil, pero con estrategias, con comunicación y con trabajo en equipo TODO es posible!